Tratamiento
El tratamiento consiste en suplementos de cobalamina y carnitina, al igual que una dieta baja en proteínas. La dieta del niño se tiene que controlar de manera cuidadosa.
Si los suplementos no ayudan, el proveedor de atención médica también puede recomendar una dieta que evite sustancias llamadas isoleucina, treonina, metionina y valina.
El trasplante de hígado o riñón (o ambos) ha demostrado que ayuda a algunos pacientes. Estos trasplantes le suministran al cuerpo nuevas células que ayudan a descomponer el ácido metilmalónico normalmente.
Los bebés pueden no sobrevivir el primer episodio de síntomas a causa de esta enfermedad. Quienes sobreviven con frecuencia tienen problemas con el desarrollo del sistema nervioso, aunque el desarrollo cognitivo puede ser normal.
Pueden llegar a ocurrir complicaciones como son un coma, insuficiencia renal, pancreatitis, cardiomiopatía, infecciones recurrentes, hipoglicemia o incluso la muerte.
Puedes encontrar toda la información sobre complicaciones aquí.
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