Abul Bajandar
Empezó a observar lesiones cuando tenía 15 años. A los veinte, los brotes de verrugas cubrieron sus manos, impidiéndole trabajar como conductor de triciclo motorizado, un transporte común en el subcontinente indio.
Sus manos y pies pesaban ya cerca de 5 kilos y se habían vuelto completamente inservibles, apenas podía valerse por sí mismo, necesita ayuda para comer y asearse.
En enero de 2016 ingresó en el hospital, en 2017 su condición mejoró hasta poder manejarse con cubiertos y lápices. Pero, abandonó el tratamiento por la desesperación de haber paralizado la educación de su hija y su propio trabajo.
Pasó 16 operaciones en el tiempo que estuvo ingresado. Volvió al hospital en 2019 porque le aparecieron verrugas de nuevo. Su médica dijo que debió volver 6 meses antes, aún así le volvieron a operar. En la actualidad ya ha recuperado sus manos.
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