Tessa Hansen-Smith
Es una estudiante californiana de 23 años, solo se puede duchar dos veces al año, no puede llorar y sudar es un martirio. Es alérgica a sus propias lágrimas y tiene que evitar la actividad física.
Además, tiene que ser transportada por el campus de su universidad porque si no siente fiebre, migraña y erupciones que hacen que sea muy difícil concentrarse. También sufre fatiga muscular y náuseas. Cuando come algún alimento con mucha agua aparece la enfermedad. Al beber agua llega a causarse cortes en la lengua.
La enfermedad apareció cuando tenía 8 años y el primer diagnóstico fue que era alérgica a algún jabón. Cuando ve a sus amigos y seres queridos sin tener que irse pronto por sentirse enferma o de llegar a todas sus clases en un día, lo ve como una victoria.
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